Para realizar una introducción al tarot debes saber que, es un fenómeno inexplicable, que ocurre como un reto, para el sentido común. En el hecho de mezclar las cartas, cortar, y extenderlas sobre la mesa, algo interviene, que hace que estos, desarrollen una descripción realista de la situación en que se encuentra el consultante, o el problema consultado, y hacia donde se dirige.
¿La introducción al tarot donde nos lleva?
Algo así como un mapa de viaje, donde aparecen las ciudades por las que hemos pasado, el punto donde nos encontramos, y los lugares por los que podemos pasar. Es nuestra personalidad, la que consciente o inconscientemente, por medio de sus miedos e ilusiones, la que hará que tomemos en cuenta estas indicaciones, para cambiarlas, modificarlas en parte, o dejar que ocurran sin más (esto ultimo, es lo que más sucede), pues las decisiones de cambio, son costosas y requieren tiempo. Las cartas son simbólicas. Su simbología, procede de los jeroglíficos, la mitología, los arquetipos, la numerología, la kábala, etc.
Cada individuo, vive, se mueve o se paraliza, en razón de sus carencias y necesidades, esto hace que cada persona se rodee, por decirlo de algún modo, de una determinada vibración, que es la que le lleva hacia su destino, o hacia cada una de las situaciones de la vida, viviéndola de una forma particular, única.
Es mediante la combinación de esta vibración sutil del consultante, sus datos, la expresión de la pregunta, el movimiento aleatorio de las cartas, el corte y la distribución de las figuras en la tirada, como los símbolos, se combinan para dar una respuesta certera, encontraremos así el Orígenes del Tarot.
Las cartas del tarot no mienten nunca, como mucho, pueden negarse a responder a determinadas cuestiones.
El papel de la persona que interpreta es fundamental, pues exige que esta tenga un conocimiento de los símbolos, y las relaciones entre ellos, para saberlos adaptar correctamente a la pregunta, además tiene que saber desvincularse personalmente del problema consultado, pues su propia moral, deseos o miedos, pueden interferir en la respuesta, pera ello tiene que estar relajado, y dejar que la libre intuición se mezcle con los símbolos. Tiene que saber escuchar, y utilizar el sentido común, para asesorar lo mejor posible al consultante.
Si esto se hace correctamente algo mágico ocurre, y todo se ve como una historia que el interprete, narra al consultante, y que coincide con lo que la persona que consulta ya conoce, tanto en cuanto al carácter del consultante o de la persona por la que pregunta, como de su pasado y situación actual.
Cuando esto ocurre es lógico pensar, como luego sucede, que lo que se relata con respecto al futuro, también sucederá. Dependerá del consultante y de su capacidad para enfrentarse con las dificultades, el que los hechos sean más o menos dolorosos.
Las cartas, no mienten nunca, son las personas que las utilizan, las que pueden tener un mal momento (por problemas personales, cansancio, etc.) o no estar lo suficientemente formadas.
Nada es casual, todo ocurre por algo. Cuando uno consulta las cartas, es para tener un poco más de luz sobre un determinado problema, o sobre su futuro, y esto hace que se combinen una serie de energías o sincronicidades, que mediante los símbolos y su interpretación, le darán la respuesta correcta.