La palabra Oráculo viene del latín Oraculum y significa literalmente «Lugar donde alguien habla”. Así es que un oráculo es la respuesta que da una deidad a una pregunta a través de sacerdotes, pitonisas o sibilas, quiénes eran las que resguardaban los oráculos en la antigüedad. Como la mayoría de los oráculos, se realizaban en lugares específicos, el nombre de oráculo también sirve para designar estos lugares a donde los peregrinos iban a obtener respuestas de la deidad, sobretodo en la antigua Grecia. Los oráculos más antiguos tienen que ver con el culto a la madre tierra, es por ello que las respuestas oraculares pueden provenir de una brisa que sacude las ramas de los árboles o de una estrella que se ve caer a lo lejos. Pero también puede escucharse en el sonido de un arroyo o en el canto de un ave. Por esta razón, siempre se necesitan intérpretes para descifrar las respuestas divinas.
Los oráculos más importantes de la antigüedad se encontraban en Grecia y marcaban profundamente la vida social de las ciudades mediterráneas. El oráculo más famoso de todos es el Oráculo de Delfos, según la historia fue fundado por el mismísimo Dios Apolo en Pitias (o Delfos), una zona cerca del monte Parnaso, tras el asesinato que este cometió hacia la enorme serpiente Pitón que custodiaba el lugar. De la leyenda sobre esta serpiente, se dice que era hija de Gea la tierra que proviene del adjetivo de “Pitonisa” con el que aún hoy se reconoce a una mujer capaz de descifrar los oráculos.
En Delfos también quedaba el ónfalo, es decir el ombligo del mundo, lo que le daba unas cualidades mágicas a éste lugar. Se dice que después de matar a la serpiente y a su compañero Delfine, un dragón, Apolo fue en busca del Dios Pan y lo engatusó para que le enseñara el arte de la profecía que posteriormente se dedicó a practicar en éste mágico sitio. A mencionado oráculo llegaban desde Reyes hasta mendigos para poder conocer su destino.
Oráculo y su funcionamiento
- Proceso: Antes del día del Oráculo, que se realizaba los siete de cada mes, ya que era el día consagrado a Apolo que era un dios sietemesino, la Pitonisa tenía una entrevista previa con la persona interesada en consultar el oráculo.
- Método: En medio de una cueva profunda con una entrada muy angosta, en un asiento de tres patas se sentaba la Pitonisa preparada para recibir la información del oráculo. Se había purificado previamente bebiendo agua de una fuente cercana y masticando hojas de Laurel (la planta de Apolo).
- Procedimiento: El consultante que podía ser una ciudad, una familia, o sólo una persona (pero no una mujer) pagaba una tasa que establecía el gobierno de Delfos y era conducido al lugar donde se encontraba la pitonisa, aunque dicen muchos historiadores que no podía vérsela, sólo oírla.
- Resultado: El consultante ofrecía un sacrificio a los dioses y era rociado por los sacerdotes con agua fría, sino temblaba, quería decir que el oráculo no tenía intención de darle respuesta. Se acababa la ceremonia. En el caso que temblara podía preguntarle a la Pitia, nombre con el que también se denominaba a la Pitonisa.
- Respuestas: La Pitonisa, en estado de entusiasmo, es decir, poseída por un dios , recibía las respuestas del mismo. Muchos historiadores hablan de ciertos efluvios que emanaban de esas cuevas y que de haber sido respirados por pastores u ovejas habrían inspirado a estos al suicidio. Por esto, la encargada de respirar dichos gases debía llevar una vida sana y un espíritu tranquilo. Posteriormente la Sibila (como también se le decía) recitaba sus respuestas.
- Historia: Dicen que al principio estas respuestas eran en verso, ya que Apolo era el dios de la poesía también, pero como muchas no alcanzaban la calidad que se le exigía a un dios, pues fueron posteriormente recitadas en prosa, aunque no por eso dejaban de ser confusas y ambiguas. Dos sacerdotes se encargaban de repetirlas y hacerlas más audibles para el consultante.
Oráculo moderno
- El Tarot: Se considera un oráculo moderno. Diversos antropólogos ven en métodos más accesibles para el consultante, como ‘El Iching’ ‘Las runas’ o ‘el tarot’ a hijos más modernos de esas antiguas artes proféticas que durante siglos se han convertido en puente o vaso comunicante entre el hombre, su religiosidad y su necesidad de entender los designios divinos.
- Baraja: La baraja del Tarot, de la que se tiene las primeras noticias en el siglo XIV , es mucho más accesible y cercana a nosotros, aunque como mencionados oráculos nos pide un intérprete sereno y habituado a desentrañar los símbolos enviados por la energía de la naturaleza. Aquellos antiguos oráculos eran hijos de la tierra.
- Símbolos: Por lo que ya sea que creamos en el Dios cristiano y podamos encontrar en la baraja del Tarot todos esos símbolos católicos como La Papisa , El Papa o El Juicio y El Ermitaño, también puede resultar que como consultantes nos sintamos más cercanos en nuestra religiosidad a los antiguos paganos, dígase romanos y griegos. Y que nos sintamos al leer el Tarot, más identificados con las imágenes cercanas a esa cultura como Júpiter (El Emperador), Saturno (El Ermitaño), Venus (la emperatriz) o también si somos personas a las que nos resulta más sencillo identificamos con las energías de la naturaleza (el sol,la luna, la estrella) o nos acercamos al tarot desde una perspectiva más pragmática y terrenal cómo un método para conocernos más a nosotros mismos, un camino psicológico y espiritual. En este sentido, la modernidad del tarot, radica precisamente en que no nos exigen pertenecer a ninguna religión para que sin embargo “los Dioses” llámense dioses paganos, planetas, energías en movimiento, puedan llegar a nosotros y ‘hablarnos’.
En definitiva, hoy en día y sin necesidad de viajar al centro del mundo podemos acceder a esa sabiduría de los oráculos, que no sólo predicen el futuro, sino que nos dan imágenes o inspiraciones en las cuales basarnos para encontrar el sentido de nuestro destino.