¿Serían personajes como Julio Verne o el gran visionario Nostradamus, posibles viajeros del tiempo? Viajar en el tiempo es un sueño aún imposible con nuestra tecnología actual pero esto no significa que sea posible algún día.
Según la teoría de la relatividad de Einstein el tiempo pasa más lento a medida que aumentamos nuestra velocidad y esto ha sido comprobado experimentalmente comparando un reloj atómico situado en una nave que orbita alrededor de la tierra y otro reloj en nuestro planeta. El reloj en el espacio acaba retrasándose unas millonésimas de segundo, no lo suficiente como para ser notado pero si para demostrar las ecuaciones de Einstein.
Esta idea nos permite viajar al futuro ya que si nos montamos en una especie de máquina del tiempo, que viaje a una velocidad cercana a la de la luz, podemos hacer que un minuto dentro de la nave suponga un año en el mundo exterior.
Los viajeros del tiempo y el pasado
Viajar al pasado es mucho más complicado y no se está del todo seguro sobre si es posible. Para viajar al pasado, los físicos han elaborado ecuaciones basadas en las originales de Einstein pero necesitan introducir conceptos exóticos como los agujeros de gusano. Es necesario demostrar la existencia de los agujeros de gusano y otros fenómenos similares para saber nuestras probabilidades reales de poder viajar atrás en el tiempo. Sin embargo, existen extraños casos documentados, como el que en su día, protagonizó Andrew Carlssin, el cuál aseguró al FBI que era un viajero del tiempo y que venía del año 2256, y que podía demostrarlo. Su caso a día de hoy sigue siendo un misterio del que apenas existen pruebas que demuestren que esta persona existió realmente.
Mientras los físicos averiguan si es posible viajar en el tiempo, hay una segunda pregunta que podemos resolver con más facilidad: ¿Hay viajeros del tiempo entre nosotros? Si en un futuro lejano hemos logrado desarrollar la tecnología para viajar en el tiempo puede que este periodo temporal sea un sitio turístico para nuestros viajeros del futuro que deseen vivir “como en los viejos tiempos”. Sorprendentemente ha habido intentos más o menos serios orientados a resolver esta cuestión. En 2012 Stephen Hawking organizó una fiesta para viajeros del tiempo cuya fecha y lugar se hicieron públicos después de celebrarse. Nadie acudió al evento.
Otra posibilidad es la aportada por el físico Richard Gott, que expone la posibilidad de que una máquina del tiempo solo pueda ser usada hasta el momento de su construcción, impidiendo al viajero retroceder a tiempos anteriores sin la máquina. Si esto fuera así nuestro mundo estaría libre de turistas del futuro.
Puede que no haya viajeros entre nosotros, pero con nuestra tecnología actual podemos estar alerta a cualquier desliz que los ponga en evidencia.