El escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) fue sin duda un guerrillero de la literatura latinoamericana, partícipe de esa mitología fantástica ( y fanática) de la izquierda de los años sesenta y setenta en el continente, que exaltaba figuras como el Ché Guevara (elevado a icono casi sagrado).
Los versos de la canción del Elegido de Silvio Rodríguez sirven perfectamente para introducir la historia de uno de los escritores más prolíficos e influyentes del siglo XX en Latinoamérica.
Y es que el escritor y periodista uruguayo pertenecía a una estirpe de soñadores latinoamericanos de la que formaban parte tanto los universos imposibles e irónicamente fatales de Julio Cortázar, como los versos salameros, reivindicativos y a veces exquisitos de Mario Bennedetti, o los paisajes familiares graciosos y violentos del realismo mágico, que utilizó el colombiano Gabriel García Marquez para describir una realidad social y cultural que encontró en el uruguayo Eduardo Galeano a un cronista apasionado y subjetivo.
En Galeano se funden dos grandes formas de escritura (la histórica y la periodística) que se autopromocionan como «objetivas» y que Galeano, en su afán iconoclasta de acabar con cualquier tipo de dominación, reinventa, mezclando géneros tan dispares como los mitos, la historia económica o la poesía, para otorgarnos libros cuya obsesión sistemática y persistente era encontrar las contradicciones constantes y abusivas con las que el orden mundial (sobre todo el económico) sometea los más débiles (entiéndase sobre todo las culturas víctimas de la explotación capitalista).
A veces demasiado mitificadas y victimizadas según algunos de sus críticos.
Vida y obra del gran Galeano
Nacido en una familia de clase alta y de ascendencia europea (italiana, española y galesa) Eduardo Germán María Hughes Galeano llega al mundo en Montevideo un 3 de Septiembre bajo el signo de Virgo lo que parece coincidir con su persistente y muy bien explotado sentido crítico, su facilidad verbal y su interés por darle voz a los más débiles y necesitados.
A los catorce años vende una caricatura al semanario El Sol perteneciente al partido comunista y allí empieza su militancia e ideología. Comenzó muy por lo alto a los veinte años siendo editor del semanario Marcha y posteriormente del diario Época.
Publica a los treinta y un años su libro icono Las venas abiertas de América Latina (1971) un recorrido histórico y muy bien documentado de los efectos devastadores de la colonización del continente americano y que desde su publicación hasta este momento, sigue encendiendo la sangre de quien lo lee debido a la cruda exposición de una serie de injusticias que no habían sido documentadas y expuestas de forma tan brutal hasta entonces.
El libro (que ya gozaba de fama y había sido traducido a numerosos idiomas) se volvió un best seller en EEUU cuando el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez se lo regaló a Barack Obama.
Galeano es un ejemplo muy evidente de cómo la Ira puede hallar una salida constructiva la cual es evidente en todos sus libros, novelas , ensayos , reportajes y libros de difícil categorización en un solo género literario como Memorias del fuego, Las noches y los días o los más de cuarenta y tantos libros publicados en su prolífica trayectoria.
Esa sensación de rabia por la injusticia probablemente sea influida porque en 1973, milagrosamente logra escapar de Uruguay y no ser víctima de la represión contra la izquierda de la dictadura militar que toma el poder en ese año.
Una represión que tanto los libros de historia como el propio escritor han ayudado a revelar al mundo lo terrible y genocida que fue.
Huye a Argentina y allí crea un semanario cultural llamado Crisis. En 1973 se casa y justo cuando Videla sube al poder (en 1976) abandona también Argentina y se refugia en España.
Sin embargo su trabajo como periodista y su militancia comprometida con la izquierda continental lo hacen ser cronista implacable de las historias más dulces pero también las más crueles que puede producir la realidad de un continente.
Y es que para entender la forma de escribir de Galeano, hay que leer a Galeano y para muestra aquí va un fragmento de uno de sus libros El libro de los abrazos (1989):
«Las edades de Ana»
«En sus primeros años, Ana Fellini creía que sus padres habían muerto en un accidente. Sus abuelos se lo dijeron. Le dijeron que sus padres venían a buscarla cuando se cayó el avión que los traía.
A los once años, alguien le dijo que sus padres habían muerto peleando contra la dictadura militar argentina. Nada preguntó, no dijo nada. Ella había sido niña parlanchina, pero desde entonces habló poco o nada.
A los diecisiete años, le costaba besar. Tenía una llaguita bajo la lengua. A los dieciocho, le costaba comer. La llaga era cada vez más honda. A los diecinueve, la operaron. A los veinte, murió. El médico dijo que la mató un cáncer en la boca. Los abuelos dijeron que la mató la Verdad. La bruja del barrio dijo que murió porque no gritó».
Las edades de Eduardo Galeano
- Galeano era un apuesto y joven soñador que denunció las más injustas represiones de las dictaduras de derecha en el continente.
- Luchó contra el antiimperialismo y vio un resurgir de su obra cuando la izquierda por fin subió al poder en América Latina.
- Señaló las injusticias de los países imperialistas y los desniveles en los organismos internacionales. Lo hizo de forma persistente y leal.
- Pudo ver el triunfo de sus amigos y la llegada de la izquierda «democrática» a los gobiernos de la región.
- Luego quizá comprendió hasta qué punto el poder corrompe.
- Galeano nunca dejó de denunciar las injusticias de los poderosos.
- En los últimos años le costó ubicar que algunos poderosos habían sido sus amigos.
- No sabemos quién le dijo qué cosa sobre los gobiernos que ahora ejercían ilegítimamente el poder y cuyas formas totalitarias recordaban insidiosamente a las anteriores.
- Los médicos dijeron que lo mató un cáncer de pulmón.
- Los amigos antiimperialistas dijeron que fueron las multinacionales del tabaco.
- La bruja del barrio dijo que fue la tristeza y la imposibilidad de seguirlos defendiendo.