Todos hemos oído el dicho «las casualidades no existen«. Pero, ¿es realmente cierto o las coincidencias son solo producto de nuestra propia imaginación?
A veces, las simples casualidades no parecen tan simples. En muchas ocasiones, da la sensación que todo estaba planificado o que es cosa del destino. ¿Lo es?
Las casualidades y la probabilidad de que ocurran
¿Cuál es la probabilidad de que vayas al gimnasio tres veces por semana y las tres veas a la misma persona?
Alta, muy alta. Porque ambos tenéis los mismos horarios y la misma afición.
¿Qué probabilidad existe de encontrarte con tu ex en Paris cuando ambos vivís en Alcorcón?
Baja, muy baja. Podríamos decir que esa probabilidad tendería a cero.
Por eso viene a la mente tantas veces el dicho de “las casualidades no existen”. Porque ver a tu ex en un lugar insospechado es más frecuente de lo que, a priori, debería.
- Entonces, ¿las casualidades suceden por alguna razón? A veces sí, otras veces simplemente ocurren porque tienen que ocurrir.
- ¿Te encuentras siempre con una persona que te atrae? Imagina que te gusta una persona. Supón que te lo encuentras en el trabajo, en el supermercado, paseando por la calle y también en tus horas de ocio.
¿Casualidad?
Puede ser, pero en este caso quizá debas pensar que esa otra persona siente lo mismo por ti.
Quizá, y solo quizá, esté buscando que esas “coincidencias” ocurran. Aquí la casualidad tendría una explicación.
- ¿Has coincidido con tu ex en París? Siguiendo el ejemplo del inicio. Imagina que viajas a París y en plena plaza Vendôme te cruzas con tu ex de frente.
¿Casualidad? ¿Destino?
Podría ser cosa del destino porque la probabilidad de que eso suceda es cercana a cero. No imposible, pero sí altamente improbable.
- ¿Te acaban de llamar para ofrecerte el trabajo de tus sueños?
Aún estás con la taza de café en la mano cuando suena el teléfono. Un número desconocido aparece en pantalla. No te lo puedes creer, llaman para hacerte la oferta de tu vida en el trabajo de tus sueños.
¿Casualidad?
Quizá no. Probablemente hayas sido tú, con tu esfuerzo y dedicación, el que has logrado atraer esa casualidad a tu vida.
¿Cómo actuar frente a esas situaciones?
A veces las casualidades suceden sin más. Sin que la probabilidad pueda explicarlo. Suceden cosas “imposibles” y punto.
Otras veces, somos nosotros lo que atraemos lo bueno (o lo malo) a nuestras vidas. Solemos ser verdaderos imanes para que las “casualidades” sucedan a nuestro alrededor.
Por eso, el mejor consejo que podemos darte es que estés preparado. Que busques las casualidades buenas. Que trates de abrir los ojos porque más pronto que tarde pueden darse.
Las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida dan forma a los acontecimientos que nos suceden.
¿Te has planteado alguna vez si las cosas buenas o malas que te ocurren son en realidad una mera coincidencia? ¿Si todo ocurre por una razón? Las casualidades no existen (o sí), pero sí existe la predisposición para que ocurran.