Hablemos claro: ¿lo de encontrar el amor ideal es una invención o genéticamente estamos “programados” para ello?
Como suele ocurrir, aquí hay un poco de todo. Ni es blanco, ni es negro.
Por un lado, desde pequeñitos nos han vendido que necesitamos encontrar al príncipe o princesa de nuestros sueños. Son conceptos que aún hoy transmiten muchos cuentos y películas.
Por otra parte, la propia biología y la evolución juegan un papel importante en la búsqueda del amor perfecto. Como ser humano querrás encontrar la mejor pareja posible para reproducirte (si llega el caso). Sucede así con los animales y también con las personas. Es natural e inherente.
Ahora bien, también es importante entender cómo funciona esta «programación» para poder tomar decisiones conscientes en nuestras relaciones.
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Desmitificando el amor ideal
Está bien ser ambiciosos. La biología nos impulsa a encontrar lo mejor, pero a la hora de la verdad hay que tener muy claro que el amor verdadero se construye y se trabaja día a día.
Recuerda que todos somos humanos y cometemos errores. Así que, en lugar de buscar un príncipe azul o una princesa de cuento, enfócate en encontrar a alguien con quien compartas valores, intereses y metas.
Eso es lo importante. El físico, al fin y al cabo, pasará a un segundo plano más pronto que tarde. La chispa inicial dura lo que dura, la persona es lo que te quedará.
Se trata de buscar a la persona más afín posible pero sin volverse loco. Conviene ser exigente y a la vez realista. ¿Es complicado equilibrar esa balanza? Sí, sin duda. Puedes caer en la trampa del idealismo o todo lo contrario, dejarte llevar con el conformismo. En el término medio suele estar la virtud.
¿Quieres el amor perfecto? Empieza por amarte a ti mismo
Antes de buscar el amor en alguien más, es esencial conocerte y amarte a ti mismo. Cuando te sientes seguro y te aceptas tal como eres, puedes establecer relaciones más sanas y duraderas.
Sé que suena a tópico, pero es así. No podrás tener una relación de amor plena con otra persona si no te quieres y respetas a ti mismo.
Empieza por ahí. Es importante conocerse a fondo para descubrir lo que quieres. Olvida los cuentos de Disney. Reflexiona sobre tus propias necesidades y deseos. Primero, trabaja en tu crecimiento personal.
Mantén unas expectativas realistas
Quiero que sea muy alto. Con pelazo rubio platino natural, ojos azules y cuerpo atlético. Ah!!! Y con estudios superiores por la Universidad de Massachusetts.
Si buscas eso, lo más probable es que termines desengañada. Es así.
Las expectativas en el amor lo son todo. No esperes que tu pareja sea perfecta ni que cumpla con todos tus deseos.
Probablemente ya te habrás dado cuenta que el destino suele ser caprichoso:
- ¿Lo buscas rubio? La vida te enviará un moreno.
- ¿Lo quieres alto? Te pondrá un bajito.
- ¿Te gustaría de Massachusetts? Te llegará de Albacete.

No siempre es así, pero suele pasar. Por tanto, mantén unas expectativas razonables. Eso no quiere decir que tengas que conformarte con cualquier cosa, pero sé realista.
Como has podido leer, el amor verdadero se construye y se trabaja día a día. Deja de lado la perfección y ábrete para conocer a las personas. El amor ideal de las películas puede (y suele) ser una trampa.