La base del éxito en las relaciones es mantener una comunicación honestar y efectiva. Pero a veces eso se nos “atasca” y somos incapaces de decirle a nuestra pareja que no somos felices.
¿Por qué? Miedo, bloqueo, agobio… Da igual la causa, el problema de fondo es que no eres feliz y tampoco sabes cómo comunicárselo a tu pareja. Aquí tienes varias formas de abordar el problema sin desatar una guerra mundial.
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Antes de hablar con tu pareja, reflexiona
Dedica tiempo a comprender tus propias emociones. Pregúntate si tu infelicidad proviene de la relación, de problemas personales externos o de una combinación de ambos.
Si no sabes cómo hacerlo, escribe un diario durante dos o tres semanas. Anota día a día tus sentimientos y las situaciones que te provocan malestar. De esta forma podrás identificar patrones y comunicarte con claridad cuando llegue el momento de hablar.
Importante: Esto puede parecer prescindible, pero es esencial. Debes tenerlo muy claro antes de ponerte delante de tu pareja.
Elige el momento adecuado
El mayor error es hablar en un momento de “calentón”. No inicies la conversación en medio de una discusión o cuando alguno de los dos esté visiblemente estresado.
Busca un momento tranquilo en el que ambos podáis hablar como personas civilizadas.
Elige un lugar cómodo para los dos, donde no vaya a haber interrupciones. Puede ser el salón de tu casa o un parque tranquilo. Es preferible que no haya mucha gente alrededor para que podáis expresaros con mayor libertad (las cafeterías no suelen ser la mejor opción).
Utiliza un lenguaje constructivo con tu pareja
Habla desde el “yo”. Evita las acusaciones y las generalizaciones. Usa frases como “siento que” o “me he dado cuenta de” en lugar de “tú siempre” o “nunca haces”.
Además, trata de ser lo más específico posible. En lugar de decir “no soy feliz”, intenta especificar qué aspectos de la relación o qué situaciones te causan malestar. Cambia la frase anterior por una más concreta: “me siento mal porque te pasas todas las tardes en el bar y no estamos nada juntos”.
Escucha a tu pareja y prepárate para su respuesta
Después de expresar tus sentimientos, da a tu pareja la oportunidad de compartir sus propias perspectivas y emociones.
Practica la escucha activa. Muestra interés genuino en lo que te dice. Evita interrumpirle y ponerte a la defensiva.
Además, ten en cuenta que puede reaccionar de muchas maneras: con comprensión, sorpresa, ira o incluso negación. Mantén la calma y recuerda que tu honestidad y bienestar está por encima de todo.
Busca la solución o pon punto y final
Si no eres feliz, pero crees que puede haber solución. Aborda el problema con tu pareja como si fuerais un equipo. ¿Qué podéis hacer para mejorar la relación y aumentar vuestra felicidad? Ahí estará la clave para empezar a trabajar.
El segundo caso es que no seas feliz con tu pareja, por lo que sea, y prefieras cortar por lo sano. Hazlo. Díselo abiertamente. Después de haber hecho el ejercicio de introspección te resultará mucho más fácil dar este paso.
Ser honesto acerca de tu infelicidad es un paso necesario y que te honra. ¿Cómo se lo tomará tu pareja? No lo sabemos, pero eso no depende de ti y tampoco debe afectarte. Primero: piensa; después: actúa. ¡Sé valiente!