Como hemos señalado en otras ocasiones, el lugar dónde se encuentra el Sol al momento del nacimiento determina el signo solar, del cuál podemos extraer una gran cantidad de características de la personalidad. Cuando el Sol está en Tauro (del 21 de abril al 20 de mayo) obtenemos las características del primer signo de tierra y segundo signo del Zodíaco.
Digamos que Tauro es el más “terrestre” de los signos de Tierra, haciendo mella en su personalidad la mayoría de las características propias de este elemento: estabilidad, certeza, seguridad, poca volubilidad, ideas fijas, gran sensualidad, pragmatismo, perseverancia, etc. El Toro está regido por Venus, la diosa del amor.
Tauro es el primero de los signos fijos que como su nombre lo indica tienen mucha conciencia de su espacio y no son nada proclives a los cambios. Si unimos la cualidad “fija” al elemento “tierra” (que a su vez es el más fijo de los cuatro elementos) tendremos la proverbial imagen sobre la terquedad de Tauro.
El carácter “venusino” de Tauro
Venus era la Diosa del amor y también de los placeres sensuales, es decir, de la buena comida, la buena música, el arte, etc. Los nativos de Tauro destacan por poseer una habilidad especial para saber apreciar la vida con los cinco sentidos, es como si su espíritu estuviese enamorado de todas las sensaciones que le son suministradas por los sentidos.
Es por esto que los Tauro son muy inclinados a todo lo que proporcione placer físico y espiritual: la comida, el sexo, la buena música, la literatura, todo esto llamará la atención de cualquier descendiente de la diosa del amor. Cuando además son capaces de materializar este don y aunar el placer con lo terrenal, nos encontramos con casos bastante representativos de este signo como el extraordinario Salvador Dalí, maestro en convertir en hermoso “oro” todo lo que creaba.
Durante mucho tiempo se ha sostenido que Escorpio es el signo “sexual” del Zodíaco, sin embargo, su opuesto exacto, Tauro, une en sí el elemento más sensual que es la tierra con la diosa más erótica que es Venus, convirtiendo a los Tauro en verdaderas máquinas del placer. Sin embargo, y a diferencia de sus opuestos los escorpiones, a los Tauro les gusta la placidez, no toleran los enfrentamientos ni la violencia (rasgo muy venusino que comparten con Libra), necesitan estabilidad.
Tauro rige la Casa II de la carta natal. Es la casa de los valores y de los bienes construidos a través del trabajo, y es que Tauro suele ser ahorrativos (rozando la tacañería), pero también esta casa representa nuestros valores que son las estructuras morales con las que nos enfrentamos al mundo y estos nativos también son muy apegados a esto, siendo personas de valores fijos lo que les ha dado esa fama de tercos y obcecados.
Tauro en el amor
Primero que nada, Venus les proporciona una facciones por lo general muy agradables a la vista. La sensualidad de la que hacen gala, no es una característica puramente sexual, sino que tiene que ver con el disfrute como ya hemos mencionado de los cinco sentidos (vista , oído , olfato, gusto y tacto) por lo que Tauro amará irremediablemente las cosas bellas de ver, sublimes de escuchar, sabrosas de comer, deliciosas de oler y agradables de tocar, esto tenderá a hacerlos inclinados a los lujos gastronómicos, la alta costura, las comodidades, los viajes y todo lo artístico.
Por otro lado, cuando la tendencia en busca del placer es extrema, deben luchar para no dejarse arrastrar por la lujuria, por la gula o por la pereza (pues también es un auténtico placer descansar). En general, a Tauro le cuesta abrir su corazón y mostrar sus verdaderos sentimientos, a menos que se sienta totalmente seguro y en confianza, y no les gusta que les metan prisa o les exijan ir a otro ritmo que no sea el suyo propio.
A pesar de esta propensión a la sensualidad los Tauro son parejas fieles (porque no les gustan demasiado los cambios y esto incluye, los cambios de amante) por lo que si tienen una pareja lo suficientemente cariñosa (o apasionada) podrán y les gustará mantenerse fieles.
Una situación de infidelidad puede alterar mucho a un Tauro que odia arriesgarse a los conflictos, pero claro, esto no superará su necesidad de placer y si no lo encuentra en casa, pues el toro se irá a pastar a otros campos. Curiosamente, y a pesar de no ser infieles, suelen ser bastante celosos y posesivos, quizá también por ese miedo a los cambios y alteraciones.
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