La astrología intenta perfilar la psicología de los signos y es por eso que cada uno de los habitantes del zodíaco tiene una forma muy particular de reaccionar ante las pérdidas. Veremos cómo lo hace Virgo.
Como hemos visto anteriormente, casi ningún ser humano asume muy bien la pérdida, ya que el cambio, la muerte o el desarraigo que conlleva no es algo que le guste a casi nadie.
Virgo es el sexto signo del zodíaco, es mutable, de tierra y está regido por el inquieto Mercurio.
El hecho de que esté regido por el elemento tierra hace que este signo esté muy relacionado con lo material y, así mismo, con la idea de posesión, que es previa y fundamental para entender el concepto de “pérdida”.
¿De qué nos habla la casa VI?
La casa VI es de transición y es la que que está gobernada por Virgo. Es por eso que es un signo mutable, y representa el momento del año en que pasamos del verano al otoño.
Pero también a un nivel kármico, Virgo es el adolescente del zodíaco (un poco mayor que Leo) y que sale del ego para comunicarse con los otros como hará en la casa siete (Libra), en donde llegamos a la mitad del zodíaco y aquí el alma se abre a lo exterior, a los otros, al futuro.
La mente de Virgo, influenciada por la agudeza y la rapidez de Mercurio le otorgan esa capacidad de discriminar, de ordenar, de buscar lo “fijo” del movimiento.
Es por eso que Virgo representa las “rutinas” lo que hacemos todo los días, nuestros hábitos (nos levantamos a una hora, nos cepillamos los dientes, nos duchamos, le damos de comer al gato, etc).
Pero que no es igual dentro de lo que se mueve, porque cada día es distinto uno de otro.
Virgo en la intimidad
Pero la “virginidad” de Virgo también representa ese ego que aún no se abre al “otro”, llámese pareja, amante, amigo o enemigo.
Virgo se mueve más cómoda en esas relaciones afectivas, pero un poquito menos intensas que las de la pareja, que vendrán de la mano de Libra y que se intensificará en Escorpio.
Es por eso que una característica muy típica de Virgo es que les cuesta mucho abrirse “íntimamente” en el plano amoroso.
Y eso es, sobre todo, porque sufren de un gran miedo a la “pérdida” de lo cotidiano, de lo conocido, de lo habitual que representa la seguridad de Virgo.
Al ser un signo, que a pesar de ser adaptable, no lleva demasiado bien las pérdidas, las separaciones o las despedidas en general.
El método de Virgo
Virgo sufre bastante y lo que hará para luchar contra ese sufrimiento, en primer lugar, será buscar personas que estén más necesitadas que ella misma para distraerse de su propio sufrimiento.
Y esta es una actitud muy típica de Virgo: proyectar en otros sus propias carencias y tratar de resolverlas para no enfrentarse a las suyas propias.
Otra actitud muy habitual será la de buscar rutinas que le distraigan.
Entonces, se pondrá un plan de ejercicios, hará una dieta o empezará un curso como una manera de aferrarse a situaciones conocidas que le devuelvan la sensación de seguridad que a este signo otorgan la cotidianidad y los ciclos conocidos.