Sagitario es uno de los signos más queridos del Zodiaco, pero, como todos, también tiene su cara oculta.
Detrás de esa carita de inocente se esconde un signo sumamente inteligente, que siempre sabe cómo lograr lo que quiere en cada momento.
Sagitario y la impulsividad
Uno de los defectos más acusados de los Sagitario es que, como signo de fuego, es muy impulsivo. Si desean algo, simplemente hacen lo que sea para obtenerlo sin pensar en las consecuencias.
Generalmente, por esto acaban metiendo la pata, y su comportamiento posterior suele ir acompañado de una disculpa con carita de cachorrito asustado para que los demás les perdonen.
Y nadie, ¡nadie!, se puede resistir a un Sagitario. Como en el fondo saben que siempre podrán salirse con la suya, nunca aprenden la lección, por lo que su impulsividad siempre será el motor de su vida, tanto para bien como para mal.
La impulsividad de Sagitario puede llevarle a situaciones extremas, donde arriesgue demasiado en una inversión o en una relación.
Además, suelen excederse a la hora de gastar su dinero, sobre todo si se trata en un gasto personal en su imagen, en divertirse, en hacer que alguien querido se sienta bien o en un viaje.
De hecho, a Sagitario le gusta hacer todo a lo grande. Si hacen una fiesta, será a lo grande, si se casan, no se conformarán nunca con una boda discreta, y si viajan, harán el viaje de su vida.
Y hay de aquellos que deseen limitar este carácter impulsivo de Sagitario, estarán fuera de su vida en un santiamén, ya que los Sagitario no soportan las prohibiciones. Es el signo menos disciplinado de todos.
Esclavos de las apariencias
Otro de los lados oscuros de los Sagitario es que se preocupan en exceso por su imagen. Necesitan dar buena impresión y que los demás piensen que su vida es perfecta.
Por ello, suelen esconder aquellas partes de su vida menos perfectas tras un optimismo que no siempre es lo mejor para ellos.
Detrás de la amplia sonrisa de un Sagitario puede haber una persona sufriendo, por ello es importante que pueda rodearse de personas cercanas en las que poder apoyarse en los malos momentos.
Si no lo hace, Sagitario lo pasará fatal, ya que necesita desahogarse de vez en cuando como todo ser humano.
Inmaduros y fingidos
Sagitario adora dar su opinión y hacerlo sin pelos en la lengua. A veces, pueden llegar a ser un poco crueles, e incluso, irritantes por este motivo.
Como lo saben y no quieren quedar mal, suelen excusarse tras una supuesta inocencia que es más fingida que otra cosa, ya que probablemente Sagitario sea uno de los signos del zodiaco más inteligentes por esto mismo.
Es decir, saben muy bien lo que hacen cuando dicen algo. Si llegan a excederse y acabar por meter la pata hasta el fondo, aplican la técnica del cachorrito asustado y lo resuelven.
Para ellos es así de fácil, lo importante es que, al final, se salgan con la suya. Quizás este no sea el comportamiento más maduro del mundo, pero es que ningún Sagitario es precisamente un ejemplo de madurez.
Sagitario puede pecar de irresponsable
De hecho, la irresponsabilidad es uno de sus rasgos negativos más acusados, sobre todo de aquellos Sagitario que no se han molestado en conocerse a sí mismos y trabajar un poco en su interior.
Confiar en un Sagitario en momentos clave puede ser lo peor que se puede hacer, porque no siempre se comprometen con lo que se les pide o no siempre se lo toman del todo en serio.
En general, Sagitario vive un poco de sus fantasías internas y suelen estar un poquito en las nubes, viajando para buscar eso que anhelan y que, probablemente, nunca encontrarán, ya que suele ser bastante irreal.
Esta característica les hace vivir más en el mundo exterior que en su interior, por lo que para sentirse un poco más equilibrados necesitan realizar una intensa búsqueda de ellos mismos, mirarse hacia adentro, aceptarse tal y como son y conocerse mejor.