Por lo general, casi todos los signos asumen muy mal las pérdidas, ya que perder no es algo para lo que estemos preparados ni mental, ni física ni evolutivamente. Y Géminis no es menos.
Como vimos antes, Tauro es el signo de los valores, que implica todo lo que tenemos, y recordemos que “tener” en este caso, no se refiere solamente a cosas materiales.
Podemos tener inteligencia, felicidad, o nuestros cinco sentidos, podemos tener amor, y hasta podemos tener vida y perderla.
El signo que sigue a Tauro en la rueda zodiacal es el primer signo mutable, de aire y está regido por el inquieto Mercurio, dios de las encrucijadas, los caminos, los viajeros, la comunicación, el tránsito y el movimiento.
Y es que en Géminis empieza a gobernar nuestra naturaleza racional.
La rueda zodiacal
Podemos imaginarlo de la siguiente manera: el zodíaco es un camino (o rueda) por el que todos transitamos en un proceso de evolución.
Entonces, Aries es el signo de los inicios, es decir, el bebé del zodíaco cuya evolución kármica está demasiado lejos de poder entender algo como la “pérdida” o el final de una situación.
Luego viene Tauro cuyo centro son sus valores, las cosas que ha logrado poseer gracias a su trabajo. Y luego viene Géminis que necesita “intercambiar” esos mismos valores.
En la antigüedad se asociaba a Géminis con los comerciantes, con los viajeros, con los ladrones, porque todas estas actividades tienen como eje central el movimiento de los valores y la palabra “mercancía” viene de Mercurio.
Por eso es tan importante para entender cómo reacciona Géminis ante las pérdidas, y es que mucho se ha dicho de que todo depende del cristal con que se miren las situaciones.
Géminis y las ganancias ocultas
En Géminis ya empezamos a entender que todo es un intercambio, que quizá no existe la “pérdida”, que das y recibes en una proporción “kármica”, ya que después de todo, de eso trata la Astrología.
Entonces en Géminis se da una especie de apertura hacia lo externo que implica el “intercambio” de palabras y de sentimientos.
Sin embargo, hablando de pérdidas (y ganancias) hay un simbolismo muy característico de Géminis que lo asocia a los “mercaderes” (y también los ladrones) y es una bolsa de oro o de monedas que, junto con el caduceo o las alas en los pies, son características típicas del regente del signo Géminis.
Géminis puede que sea el primer signo del zodíaco que establece una relación más interesante con la pérdida, es decir, siempre la ve como un intercambio.
También es por eso que signos más aferrados acusan a Géminis de ser un poco insensible en lo afectivo, porque pareciera no aferrarse a una relación o a cualquier cosa sino, en general, tener un sentido más abierto del cambio y también más optimista.
Entiende instintivamente el hecho de que, detrás de toda aparente “pérdida” hay siempre una ganancia oculta, que solamente debemos ser capaces de descubrir.