El Tarot de Mantegna son unas cartas atípicas de la última etapa del medievo, constando de cincuenta grabados que son fruto de un momento histórico de gran trascendencia para la evolución del arte occidental, el Renacimiento. En las academias renacentistas del norte de Italia, durante la segunda mitad del siglo XV, los sabios y los artistas trabajaban estrechamente esperando alcanzar una síntesis de todo el conocimiento universal y la sabiduría ancestral.
Por ello, el objetivo principal de las obras de arte del Renacimiento era intentar plasmar el conjunto del Universo y los vínculos ocultos que relacionan cada parte con el Todo. El Tarot de Mantegna vendría a representar dicha síntesis conformando unas láminas de gran belleza grabadas en plata, en forma de cartas de juego, dónde se reflejan las inquietudes espirituales y místicas propias de la época, dando paso a una búsqueda esotérica de la divinidad, encerrando en ellas mensajes herméticos y sagrados, por lo que se las ha considerado desde siempre con un alto valor ocultista y rodeadas de una nube enigmática.
Los grabados del Tarot de Mantegna aparecen ante nuestra visión moderna como un libro mudo cuya verdadero significado se desliga de su concepción original, basada exclusivamente en el conocimiento, la espiritualidad y la profecía. Debido a esto, actualmente existen muy pocas copias de este Tarot en el mundo y son estudiadas únicamente como obras de arte.
Significado esotérico del Tarot de Mantegna
Poco se sabe acerca del verdadero autor, o autores, de las láminas del Tarot de Mantegna. No existe ningún dato exacto sobre él, ni sobre la fecha en la que fueron realizadas las láminas. Existen muchas hipótesis al respecto, pero ninguna aclara definitivamente tal misterio. Se le ha asignado el nombre, y por ende la autoría, al gran pintor renacentista Andrea Mantegna porque fue el más importante grabador italiano de la época, y antiguamente era costumbre que, cuando se quería mantener el anonimato de una obra, así como facilitar su difusión, se recurría a un método en el que se utilizaba el nombre de un autor importante para conseguirlo.
Los cincuenta grabados que forman el Tarot de Mantegna siguen un orden estrictamente jerárquico. Esta escalera jerárquica representa la propia Creación divina, asemejada a la Escalera de Jacob. Teniendo una estructura numérica, a partir de la cual se siguen consecutivamente desde la número uno, la carta llamada El Mísero, representado al hombre pobre y errante, imagen del hombre caído y abandonado a su suerte, que simboliza el lugar más bajo de la creación, hasta la última carta, que representa a la Primera Causa del Universo, es decir, lo más elevado de la Creación. Entre ellas se halla una escalera de cuarenta y ocho peldaños, que representan la concepción sagrada del Universo, de la conexión entre Dios y la Humanidad, entre lo divino y lo mundano.
El orden de las láminas del Tarot de Mantegna nos muestra una de las máximas de la obra Alquímica, o hacen referencia al famoso principio hermético de correspondencia: “como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”, ya que al seguir el orden de abajo-arriba se refiere a la espiritualización del cuerpo, y con el orden inverso, a la materialización del espíritu. O dicho de otra manera, traer el cielo a la tierra y viceversa.
Otro dato curioso sobre el origen de estas cartas y de por qué se les ha atribuido como un Tarot es debido a que estas láminas o grabados, al ser llamadas tarocchi (Tarots), pueden generar dicha confusión, sin embargo difieren bastante de la estructura clásica de lo que conocemos normalmente como Tarot. Pero, a pesar de las diferencias, en la época renacentista, ambos juegos se llamaron igual, los tarocchi, y no debemos olvidar que ambos aparecen en la misma época, en la misma zona geográfica, norte de Italia, y bajo la misma influencia cultural.