Este nativo de Capricornio, nacido en el barrio griego de Alexandropol en la Armenia perteneciente al Imperio Ruso, llega al mundo un 1 de enero. Gurdjieff era hijo de un carpintero de origen griego y de una mujer armenia y fue nombrado como George Ivanovich. Su año de nacimiento es incierto, (como muchos datos en su vida) el cuál oscila entre 1866 y 1873 ó 1877.
Su infancia es difícil, ya que la zona donde vive pasa del Imperio Otomano (los turcos) al Ruso en sucesivas guerras, teniendo que emigrar con su familia a la ciudad de Kars. En su primera juventud un padre de la Iglesia Ortodoxa Rusa se hace cargo de su educación, luego al parecer se afilia a grupos secretos que luchan contra la invasión del Imperio Otomano.
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La misteriosa vida de Gurdjieff
Otra parte de su juventud es misteriosa, aunque él mismo la relata en su libro «Encuentros con hombres notables». Allí relata la importante influencia que sobre él ejercieron un grupo de personajes, entre ellos su padre. También habla de los «Buscadores de la Verdad», un grupo de nueve hombres y mujeres que se dedicaron a investigar antiguas fuentes de sabiduría en el Tíbet y en otras zonas de Asia, sobre todo en monasterios y templos, y a contactar con hombres sabios.
Aunque todo esto se sabe solamente por los libros que publicó muy posteriormente.
Después de ese período típico de todos los hombres sabios ermitaños como lo era él, dónde «desapareció» durante veinte años, y cuando ya contaba alrededor de 40 años de edad, hace su reaparición en Moscú y allí sus enseñanzas y su filosofía son recibidas con entusiasmo en los círculos de la realeza, alrededor de los Zares Rusos.
Allí conoce a su discípulo, el escritor y filósofo P. D. Oupensky, que será una figura clave en la vida y la difusión de la obra de Gurdjieff. Es entonces cuando forma el Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre.
Luego, debido a la Revolución Bolchevique, Gurdjieff huye con un grupo de discípulos por el Cáucaso y después de montar numerosas escuelas por el camino (Cáucaso, Constantinopla) y tener que huir de nuevo, termina su periplo aterrizando en París, en dónde monta su Escuela en una bellísima propiedad, a la que empiezan a llegar personajes de todas partes del mundo para recibir las enseñanzas de este «maestro».
La fama de Gurdjieff atraviesa el charco y se presenta numerosas veces con su compañía de danzas sagradas derviches y su espectáculo «La Lucha de los Magos» en importantes ciudades de los Estados Unidos.
Gurdjieff trasmite la mayoría de sus enseñanzas de manera oral en su Escuela, pero muchas de ellas son transcritas por sus discípulos, entre los que se encuentran importantes personajes de la época entre los que se encontraban editores, músicos y escritores.
De vuelta de una de sus giras por Estados Unidos sufre un aparatoso accidente automovilístico que lo aleja de su Escuela y lo impulsa a escribir sus experiencias y enseñanzas.
Gurdjieff, el hombre holístico
Fue sin duda alguna un personaje carismático y contradictorio, ya que aúnaba en su práctica y saber muchas disciplinas diferentes, marcando un antes y un después en la concepción del nuevo hombre, más completo y holístico, que emergía en un nuevo tiempo.
Combinaba al tiempo todas sus facetas como artista, músico, bailarín, filósofo, místico y sanador. Adorado por muchos y denostado por otros tantos, transitó por el siglo XX propagando una filosofía rupturista del camino espiritual, y construyendo una Escuela dónde, a través del arte y el entendimiento del espíritu, se buscaban las respuestas que dieran luz sobre el caos terrenal imperante.
La Escuela de Gurdjieff fue una de las claves para entender el movimiento de la Nueva Era que surgiría a finales de ese violento y cambiante siglo, y su doctrina sería seguida por personajes como Alesteir Crowley, Eleonora Carrington o Alejandro Jodorowsky, entre otros.
El Cuarto Camino
La doctrina de Gurdjieff se denomina El Cuarto Camino y según el mismo autor, tiene su origen en todas las tradiciones que estuvo investigando durante aquellos veinte años de su época como ermitaño, todas muy diferentes entre ellas y tan diversas como el Sufismo, el Cristianismo ortodoxo, el Tantra, el Hinduismo o el Taoismo.
Tradicionalmente, según sostiene Gurdjieff, existen tres caminos hacia la iluminación espiritual: el del Fakir, el del Monje y el del Yogi, pero también hay un cuarto que requiere del trabajo sobre las emociones, el intelecto y el cuerpo físico. Cuando se inicia este cuarto camino, la función sexual pasa a ser la más importante porque es la más poderosa generada por el cuerpo.
El planteamiento inicial de Gurdjieff pasa por demoler los prejuicios y las viejas ideas que tiene el hombre sobre sí mismo y sus semejantes. Es por esto que sus enseñanzas espirituales hacen de este gurú, uno de los más influyentes pensadores místicos del siglo XX.