Una virtud es la cumbre entre dos vicios, nos decía Aristóteles. Así La Templanza representa el término medio entre el hastío y el vicio o los deseos irrefrenables. Nos invita por tanto a la moderación, a no dejar de disfrutar, pero sí aprendiendo a hacerlo en su justa medida. En como la justicia del cuerpo o del mundo material. Templanza en las pasiones, en los pensamientos, en las acciones y en satisfacer nuestras necesidades materiales.
Un ángel, esa figura que se encuentra entre lo divino y lo humano sumerge uno de sus pies en el agua mientras el otro permanece descalzo tocando la tierra, su rostro es plácido mientras pasa el agua de una copa a otra sin derramar ni un poco.
Muchos asocian este arcano con el ángel Rafael que es “Medicina de Dios”, otros con un genio solar porque detrás del ángel, el Sol aparece como anunciando un nuevo despertar, un nuevo comienzo. Y es que después del arcano anterior, La Muerte, que nos exigió desprendernos de lo que ya no nos servía, esta carta nos anuncia el momento en que renacidos y esperanzados hacemos un balance de nuestros sentimientos (por eso vemos como el agua pasa de una copa a otra), porque controlamos nuestras emociones (agua). Es por eso que aunque tenemos un pie dentro del agua y otro en la tierra, las alas anuncian que podemos emprender el vuelo de la mente (aire) y el Sol (fuego) nos calienta con su energía vital y la luz de nuestras expectativas. Habla del balance de los opuestos, por eso el ángel puede ser ambiguo sexualmente.
En Numerología el 14 es un número kármico y es que su reducción nos da el 5 que es el número de la curiosidad y el cambio. Pero el cambio de la Templanza nos invita a no aferrarnos a pensamientos, ideas o pasiones hasta convertirlas en vicios. Nos invita a ser “libres” pero en su justa medida, el cambio por el cambio mismo no tiene sentido, pero si algo nos permite el desapego es no aferrarnos a nada. Ya que el excesivo apego a personas, ideas o cosas conforma el “vicio” y el vicio nos atraparía y no nos permitiría conservar el justo medio. La Templanza nos invita a disfrutar de nuestra libertad, la libertad de nuestra salud, la libertad de saber equilibrar los distintos estados del ser.
En una tirada de cartas como respuesta
Es una carta muy afortunada, y para algunos una de las mejores del Tarot, que tiene la capacidad de trasmutar las cartas negativas. Siempre que salga la templanza nos habla de protección divina, de que podemos esperar lo mejor de la vida porque nuestro “ángel” nos protege( a veces ese ángel somos nosotros mismos que hemos aprendido a superar nuestro excesos y nuestras inseguridades) Nos habla de consolidación , de ideas acertadas, de cooperación entre los opuestos (agua, tierra, divino-humano) , habla del regreso de algo en mejores condiciones (viene después del sacrificio del colgado y de la transmutación de la muerte), en dónde encontramos que cosas que creíamos perdidas vienen con nuevo ímpetu y energía, nos habla de vitalidad del espíritu.
- Si nos habla de una persona: Una persona comedida, tolerante y pacífica, virtuosa. Alguien que sabe “calmar las aguas” o hacer que los demás cooperen entre sí, persona armoniosa y sanadora.
- Trabajo: Trabajos relacionados con el medio sanitario (enfermeras, médicos, ats) conciliación de ideas, trabajo en equipo, armonía, un proyecto que creíamos “muerto” renace.
- Salud: Es la mejor carta para la salud, si alguien está enfermo puede contar con que se curará, es una carta de sanación. En determinados contextos nos pude indicar que debemos ser más templados, es decir, moderarnos en la comida y en la bebida.
- Amor: Amor correspondido; resurgimiento de una relación en mejores términos para ambos. Pensar las cosas.
- Dinero: Negocios prósperos, situaciones que empiezan a florecer, prosperidad. Manejar el dinero con cautela pero sin miedo.