Esta semana se produce una hermosa Superluna, un fenómeno astronómico que hace posible ver a nuestro querido satélite más grande y con un brillo más intenso al que nos tiene acostumbrados.
Está a punto de entrar en la fase llena, la primera tras el Equinoccio, que marcaba en la antigüedad el inicio de la Pascua (es por eso que suele coincidir con la Semana Santa), y que también es conocida como luna rosada (Pink Moon), por la floración que inicia la primavera en el hemisferio norte.
Mensajes de esta Superluna
Pero, si por algo será recordada esta Superluna es porque, en esta ocasión, sólo la podremos admirar desde nuestras ventanas, balcones o azoteas.
Y es que más de la cuarta parte de la población mundial permanece confinada en sus casas debido a las medidas establecidas en muchos países para combatir la pandemia por el COVID-19.
Sin embargo, el objetivo principal de esta Superluna es el de alumbrar con su luz y energía de amor, en un momento dónde la oscuridad se ha cernido sobre millones de corazones, en los que el miedo y la incertidumbre campan a sus anchas.
Esto también pasará
Si hay algo cierto en este mundo es que sólo el cambio es constante. Buena cuenta de ello nos la dan los astros, que a su merced nos encontramos, siempre bajo los designios que nos marcan desde la bóveda celeste.
Y ellos nos cuentan que nada es eterno. Y la cuarentena tampoco lo será. Tras varias semanas de confinamiento, el modo de vida que se ha establecido por la cuarentena, se ha convertido ya en un hábito para millones de personas.
Esto hace que lo que queda por delante sea más llevadero, ya que hemos pasado el primer umbral, tras el shock inicial, y los días ya no se hacen tan cuesta arriba.
Esta Superluna nos recuerda que la luz al final del túnel está cerca y queda menos para que esto termine. Ella representa ese faro que brilla en la oscuridad de la noche en estos tiempos de pandemia.
Todo irá bien: el amor prevalecerá
La fase de luna llena se producirá en la casa de Libra, un signo que está regido por la energía del amor de Venus y cuyo mayor emblema es la armonía y la búsqueda del equilibrio y las cosas bellas. Asimismo, todo lo que brilla con luz propia está directamente relacionado con Venus.
Dicha armonía es posible cuando somos capaces de no relegar lo que realmente importa y el disfrute de esos pequeños placeres que pasan totalmente desapercibidos cuando el tiempo los engulle sin remedio.
Tanto el color de Venus, de Libra como del sentimiento del amor es el rosa, otra razón por la que esta luna llena de abril se llame rosada (Pink Moon).
Ahora nos encontramos en una situación inédita que ha conseguido frenar un ritmo de vida asfixiante y caótico. Una carrera infinita de estrés que ha marcado un tiempo tan acelerado que no nos permite vivir con plenitud.
Esta Superluna al producirse en el signo de Libra y con Saturno, el dios del tiempo, en el signo de Acuario, nos ofrece la oportunidad de transformar el concepto de amor que tenemos, haciéndolo más amplio.
Nos aporta una visión más universal y exacta acerca de lo que es realmente el amor y lo importante de sentirlo de verdad, desde el corazón, y no desde la mente. Y para eso, hace falta tiempo. Tiempo para poder apreciar con detalle y sentir la profunda gratitud por estar vivos. Simplemente.
A un nivel más individual, nos hará darnos cuenta también de que para encontrar un compromiso real con la pareja, por ejemplo, primero ha de haber un compromiso honesto con uno mismo, que se forjará a fuego lento, sin prisas, y en un espacio íntimo (confinamiento) y, luego, con todo lo que nos rodea, empezando por nuestra pareja.
Asimismo, al hacer contacto y percibir con mayor intensidad todo a nuestro alrededor, porque nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que somos (¡un virus invisible al ojo humano ha parado el mundo!), podemos volvernos extremadamente susceptibles al entorno y la contraparte es que esto, a menos que estemos emocionalmente equilibrados, nos dará la sensación de vértigo.
Pero este equilibrio será percibido por la gran mayoría, porque nunca antes, aún en estos tiempos dónde la globalización está tan presente y estando más conectados que nunca a nivel mundial gracias a las nuevas tecnologías, habíamos estado remando tan a una.
Y esta unión global sólo significa una cosa, aparte de armonía y equilibrio: que el amor prevalecerá, y aunque la verdadera pandemia, que es la del miedo, crea estar ganando la partida, esto sólo lo pararemos entre todos, remando todos en la misma dirección.