El 11 de Mayo llega la Luna Nueva en Tauro, que significa el inicio de un ciclo en donde seremos más conscientes de que nuestra estabilidad, estilo de vida y bienestar material están íntimamente ligados a una comunidad, a un grupo.
Esta Luna Nueva estará muy cerquita de Urano, algo que repercutirá también en el ambiente, trayendo cambios y promesas para los próximos quince días.
Y, aunque se produce en el signo de Tauro, será Acuario el gran protagonista de los aspectos astrológicos presentes en esta lunación.
Aunque seguiremos sumidos en una aparente rutina que se deriva del actual confinamiento, nuestras vidas podrán verse bastante agitadas debido a pequeñas revoluciones internas que sacudirán nuestra realidad y esa sensación de estancamiento podría empezar poco a poco a disiparse.
Y es que esta Luna Nueva en Tauro nos pilla en un momento de gran transformación social, que nos dará una oportunidad increíble de madurar como individuos dentro de una sociedad convulsa y expectante por lo que se viene.
¿De qué nos habla esta Luna Nueva en Tauro?
La Luna es de suma importancia en la Astrología. Para definir la personalidad, no importa solamente el signo solar, ya que es la Luna la que define una de las partes más importantes de nuestra psicología, como es la parte emocional.
Ella representa lo femenino, el hogar, la forma en cómo gestionamos nuestras emociones, el inconsciente, la familia y nuestras raíces. La posición de la Luna en nuestra carta astral, determina nuestra forma de amar y de relacionarnos con los demás.
Esta Luna Nueva rige el ambiente emocional que rodea al colectivo y como Saturno se encuentra en Acuario, relacionando este ciclo lunar, con el signo de los grupos sociales y las revoluciones, pero aspectado a la vez por el planeta que rige también nuestra realidad social.
Es por eso que esta Luna Nueva en Tauro toca varios aspectos a nivel del inconsciente colectivo, es decir, ese “espíritu” que nos influye como sociedad.
Quienes aún dudan del poder de la Astrología, seguramente quedarán sorprendidos de hasta qué punto, este ciclo lunar, coincide plenamente con los sucesos que estamos experimentando en el planeta.
Nos hará conscientes de la importancia de vivir el momento y de hasta qué punto nuestra realidad material está íntimamente relacionada con la realidad de otras personas y colectivos.
Nos permitirá mirar hacia dentro, pero también, nos ubicará dentro del grupo. Será una oportunidad para sembrar las nuevas semillas que garantizarán nuestra prosperidad en los meses siguientes.
Nos invitará a hacernos preguntas sólidas sobre cómo hemos conducido nuestra vida hasta ahora y si hemos garantizado nuestra seguridad y estabilidad personal.
Y, como Tauro es un signo de placer, tambieén nos hará reencontrarnos con todos esos pequeños placeres que muchas veces no valoramos y que forman parte de la riqueza de nuestra vida, aunque no nos hayamos dado cuenta antes.
El gusto por caminar en libertad, el placer de disfrutar del olor de las flores o de una deliciosa comida. La delicia de sentirnos saludables y de reconocer hasta qué punto somos afortunados.
El comienzo de una nueva Era
Desde el año 2012 llevamos transitando el cambio de la Era de Piscis a la de Acuario. Y es que el pasar de una a otra, no es algo instantáneo, sobre todo, si tenemos en cuenta que cada Era dura alrededor de dos mil años.
Se puede decir que, después de estos ocho años, por fin hemos comenzado a percibir lo que significa gestar una nueva realidad marcada por otra energía diferente o reinado cósmico. Y es que Acuario nos invita a verlo todo desde una nueva perspectiva.
Nos avisa de que los viejos métodos ya no están funcionando y que deberemos estar acordes con esta nueva vibración o manera de enfocar nuestro paradigma actual. ¿Y cómo lo hará? Pues dándonos ese empujoncito que nos hace falta para hacer las cosas de otra forma.
Igualmente, este cambio no será brusco ni se hará de golpe, ya que la pandemia mundial que está sucediendo en estos momentos, por ejemplo, sólo es el primer paso que estamos dando dentro de esta nueva Era o realidad. Y ya estamos comprobando que será un proceso lento pero muy revelador.
Además, a partir de ahora, empezaremos a tener en cuenta que no podemos dejarnos llevar por lo previsible, puesto que fallaremos en nuestra visión del futuro. Y ahora, lo que toca es aclimatarnos a este nuevo paradigma.

Gestando una nueva Tierra
Esta Luna Nueva en Tauro marcará el comienzo de una etapa con raíces nuevas. Será momento de crear un espacio para ser más generosos y compasivos con el bienestar común y que nos ayudará a ser más conscientes de que somos parte de un todo conocido como humanidad.
Es curioso ver como coincidirá esta lunación con la celebración mundial del día de la Tierra. Este evento hará más presente cómo percibimos el lugar dónde vivimos, haciendo que nos replanteemos el trato que le damos. A lo mejor, descubrimos que lo hemos estado haciendo bastante mal.
Y es que una de las revelaciones más importantes será la de que necesitamos cuidar de aquello que, a su vez, cuida de nosotros, que nos protege, alimenta y nos da sustento, igual que lo haría una madre. Ella necesita de nuestro compromiso y responsabilidad como hijos suyos que somos.
En estos momentos, nuestro planeta vuelve a respirar a pleno pulmón y, gracias a esta pandemia, se está sanando de sus múltiples heridas causadas por el ser humano. En vez de ser unos hijos agradecidos con nuestra madre, nos hemos comportado más bien como una especie de virus que la ha intoxicado desde hace varios siglos.
Y es ahora cuando, precisamente un virus, es el que nos ha parado los pies a los humanos. ¿Coincidencia? ¿venganza? ¿mala leche? Por supuesto que no. Tan sólo es una réplica cósmica a la altura de un lenguaje que seamos capaces de poder traducir y entender.
Urano será el encargado de transmitir las nuevas visiones y que los cambios se produzcan a nivel mundial. Pero, será esta Luna Nueva en Tauro la que nos ayude a «resintonizarnos» con dichos cambios y a propiciar a nivel individual cómo lo haremos cada uno y a cómo usamos nuestros recursos, para desapegarnos de aquello a lo que antes le dábamos tanto poder.
Asimismo, ya que el signo de Tauro representa nuestros valores, la forma cómo nos ubicamos en el planeta Tierra, nuestro cuerpo y nuestras posesiones, también tiene que ver con lo que sembramos y lo que significa la base de nuestro desarrollo futuro.
Será un momento inigualable para que nos hagamos más responsables como colectivo sobre las acciones que hemos emprendido como sociedad y cómo esas acciones tienen repercusiones, no solamente en nosotros como individuos, sino como sociedad en general.
Qué duda cabe que será un momento inigualable para un despertar colectivo y para revisar cómo nos procuramos el sustento material y replantearnos muchas de nuestras creencias y valores actuales.